Aprende a organizarte para trabajar en casa y sacarle provecho

La crisis del coronavirus ha obligado a muchos trabajadores y a muchas empresas a pensar en el teletrabajo como única opción para poder seguir facturando. Muchas personas ya teletrabajan antes de esta crisis mundial y estaban acostumbradas a compaginar las tareas de la casa con las responsabilidades.

Pero la gran mayoría se encuentra con este tipo de trabajo de un día para otro, compartiendo su casa con sus hijos y pareja, improvisando despacho en su casa. Para ellos, esta medida se puede convertir en un auténtico caos, ya que aparte de ser la primera vez no ha habido una adaptación gradual a esta situación (ni psicológica ni funcionalmente, ya que muchos se han encontrado con los equipos de su trabajo en casa de un día para otro).

¿Cómo organizarnos entonces para que el teletrabajo no se vuelva una completa locura? Desde nuestro centro de negocios hemos pensado en un par de trucos y estrategias que podrás seguir para que, al fin de la jornada te sientas realizado, la hayas llevado a cabo satisfactoriamente y te dé tiempo a tener ocio y a estar con la familia.

 

1- Sigue el mismo horario de oficina

Hay que levantarse temprano y todos los días a la misma hora. El ahorrarnos una hora de transporte diario no tiene por qué significar estar en la cama hasta las diez de la mañana.

Si no eres de los que madrugaba, ponte la alarma cada dos días diez minutos antes de tu hora, así el cuerpo se irá  acostumbrando a levantarse temprano poco a poco.

 

2- Crea una rutina

Cuando íbamos a trabajar a la oficina teníamos una rutina al levantarnos: ducha, ejercicios de estiramiento, desayuno… Ahora que te encuentras teletrabajando no pierdas esas pequeñas rutinas ya que ayudarán a que sigas con menos esfuerzo y al ritmo que quieres para el resto del día.

 

3- Planifica lo más importante para el principio

La primera hora de la mañana suele ser la de mayor creación o concentración, nos hemos levantado descansados y todavía no suele haber grandes distracciones por lo que nos será más fácil enfocar toda nuestra atención a aquellos asuntos que requieran más esfuerzo. Recuerda que tu concentración se irá diluyendo a lo largo del día.

 

4- Divide el tiempo de trabajo en bloques de una o dos horas

La concentración no es una fuente infinita, no hay persona capaz de mantenerla activa al 100% durante toda la jornada laboral así que, para evitar acabar exhausto o mirando a la pantalla del ordenador con la mente en blanco, sé realista y divide el día en partes.

Nuestro consejo es que te pongas  un objetivo cada  dos horas y que, una vez cumplidos, te tomes una pausa (ir al baño, beber agua, darte una vuelta por la casa). Recuerda que cuando estés dentro de los bloques de “actividad máxima” no vale mirar el móvil ni cualquiera de las redes sociales.

 

5- Planea las pausas

Una vez que acabes tu bloque de trabajo es hora de dejar volar la mente y visitar Instagram, Facebook, fregar los platos o llamar a algún familiar o amigo. Estas pausas se encuentran dentro del planning de trabajo y servirán como un refuerzo a tu motivación.

 

6- Que no falte el ejercicio físico

Hacer deporte después del trabajo tiene que ser algo que se cumpla y no algo que, como  sucede casi siempre, se convierta en un “mañana prometo que lo cumplo”. Fíjate una hora concreta (ponte alarma si es necesario) y, cuando toque, levántate de tu escritorio y hazlo: el ejercicio te ayudará a aliviar tensiones y estrés con lo cual volverás como nuevo al trabajo.

 

7- Finaliza tu trabajo antes de que acabe el día

Aunque nos queramos convencer, cuando estamos cansados no somos productivos. Por lo tanto tendremos que saber identificar el momento de decir “es todo por hoy” para llegar frescos y con ganas a mañana.

 

8- Planifica bien tu lugar de trabajo

Normalmente no todos tenemos la suerte de disponer de una habitación dedicada a la oficina por lo tanto tendremos que “apañarnos” con un escritorio en el salón o (con suerte) en la terraza. Procuraremos que haya el máximo de luz natural, que el mobiliario sea cómodo (que la silla tenga respaldo) y la altura de la mesa adecuada.

Y olvidémonos de trabajar en el sofá o en la cama: no trabajaremos a gusto ni concentrados.

 

9- Es hora de trabajar

Si convivimos con gente o con niños es bastante recomendable tener una “señal” (ya sea una cartulina roja o cualquier cosa que encontremos en casa) que, una vez puesta encima de la mesa o en la puerta, signifique que estamos dentro de nuestro bloque de trabajo máximo de dos  horas y no queremos que se nos interrumpa.

 

10- Desconectar

Una vez cumplida la jornada laboral que nos hemos establecido para ese día no tendremos que rebasarla por nada del mundo, porque al final terminaremos trabajando 12 horas al día pero rindiendo la mitad.

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