La importancia de aprender a tomar decisiones en el trabajo

En el trabajo, como en la vida, muchas veces nos encontramos ante encrucijadas en las que debemos tomar decisiones: ¿Tendría que emprender? , ¿Debería optar por un despacho físico o por una oficina virtual en un centro de negocios? , ¿Tendría que ampliar mi plantilla? , etc.

Muchas veces tendremos poco tiempo para tomarlas y en algunas ocasiones puede que nos sorprendamos revisando una y otra vez si hemos optado por la mejor vía.

Pero no te preocupes, en este artículo te vamos a enseñar a ver la vida de otra manera. Aprenderás a no estresarte en el trabajo por tener que tomar decisiones a diario.

Existen métodos, como el de Chip y Dan Heath que te enseñarán a tomar las mejores decisiones en momentos importantes de tu vida.

Si quieres aprender a manejar mejor los procesos de toma de decisiones sigue leyendo este artículo y entenderás que siguiendo unas normas, todo es posible.

 

Primer paso: despreocúpate de tomar decisiones, preocúpate mejor de saber cómo tomarlas

El ser humano lleva a cabo un proceso de toma de decisiones que hace difícil tanto el proceso como la toma de la decisión en sí.

Para llegar a tomar una decisión que creemos correcta pasamos por una fase en la que influyen muchos factores. Muchas veces nos guían nuestros prejuicios, nuestros valores personales, los sentimientos que nos producen a corto plazo o desconfiamos de nosotros mismos.

 

Si te paralizas, no limites tus opciones

Muchas veces nos limitamos a tomar decisiones de “sí” o “no”. ¿Debería confiar en este cliente o no? ¿Debería contratar este servicio o no? ¿Podría incrementar el precio o no?

Si pensamos en tomar decisiones simplemente pensando en blanco o negro, dejamos a un lado toda la gama de grises que nos ofrece otras alternativas.

No podemos limitarnos a tomar una decisión positiva o negativa. Lo que debemos hacer es buscar las posibles alternativas que, a menudo, pueden resultar más atractivas que decidir sobre una solamente.

 

No te obsesiones con una sola idea

Si estás ante una situación en la que tienes que elegir qué camino escoger en tu trabajo, no te obsesiones con perseguir una sola idea.

Lo que debes hacer es lo descrito anteriormente, busca una serie de alternativas que te puedan ayudar a resolver el mismo problema.

Ten en cuenta que muchas veces nos planteamos una única solución ante un problema y no salimos de ese pensamiento. Solo tenemos un plan A.

Cuando vemos que este plan A funciona, nos sentimos gratificados, pero en caso de que el plan A no funcione, ¿qué haremos? No hay más que un plan A.

Es por ello que, además de pensar en un plan A, es importante tener en la recámara un plan B. En caso que el primero fallase, tenemos el segundo como red de seguridad.

Esto nos ayudará a mantener un espíritu más calmado, puesto que tendremos más seguridad en nuestra mente y podremos tomar mejores decisiones de esta manera.

 

Déjate aconsejar por otras personas que han pasado por lo mismo

A menudo, cuando nos vemos envueltos en un problema, tendemos a pensar que somos los únicos que lo padecemos.

Sin embargo, es muy común ver cómo diferentes personas han pasado por lo mismo.

Es necesario entonces, no obsesionarse con pensar que somos los únicos frente al mundo. Relájate, piensa en alguna persona que haya podido pasar por lo mismo.

Cuando esa persona nos cuente su experiencia, veremos cómo la decisión no estaba tan lejos y el problema se resolvía con menos esfuerzo del que pensábamos.

A menudo, las personas que han pasado por situaciones similares a la nuestra son capaces de abrirnos los ojos y ponernos en el camino soluciones que no alcanzábamos a pensar.

Recuerda: aprende “cómo”tomar decisiones, no“qué” decisiones tomar.

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