Sociedad y empresas

No todas las empresas tienen por qué registrarse bajo el mismo tipo de sociedad. De esta elección dependerán una serie de beneficios fiscales y de tipologías de organización.

Si nos centramos en el caso español, son 5 las opciones de las que, como empresa, disponemos para poder emprender nuestro negocio.

Toda actividad laboral se desarrolla a través de sociedades mercantiles, es la forma jurídica a través de la que se rige el funcionamiento de todo tipo de organizaciones. A la hora de escoger entre las diferentes tipologías será importante que definamos bien la naturaleza de nuestra organización, así como la actividad a la que nos vamos a dedicar.

¿Quieres conocer las diferentes tipologías societarias que existen?

 

Sociedad Anónima

Es una de las formas societarias más comunes que podemos encontrar a la hora de constituir una empresa. Uno de sus principales beneficios es que únicamente con un único titular se pueden comenzar a constituir.

Como suele ser habitual, su constitución depende de una escritura pública que se realizará a través de un notario en el Registro Mercantil. El importe a partir del cual se puede plantear su constitución es de 60.000€. Y, en el caso de ser más de un socio, este capital no es necesario que se aporte únicamente en efectivo, sino que también se puede aportar en metálico o en bienes.

 

Sociedad de Responsabilidad Limitada

Una de sus principales características es que, a la hora de constituir una Sociedad de Responsabilidad Limitada, el capital inicial que se invierta en su constitución debe de aportarse a partes iguales entre todos los socios de manera equitativa.

Además, no puede haber un socio que tenga más participación que el resto, sino que todos deben de tener el mismo peso en la toma de decisiones.

La constitución de este tipo de sociedad tiene como característica que las participaciones deben de suponer, como poco, un total de 3.000 euros por cada uno de los socios y este dinero debe de ser depositado en el acto.

 

Sociedad Laboral

En una Sociedad Laboral el capital debe de ser aportado directamente por los trabajadores. Y es precisamente este hecho, el que hace que el nivel de compromiso con la sociedad obtenga una dimensión superior.

El vínculo entre el trabajador, la empresa y la transparencia de la gestión de este tipo de sociedades hace que lleve unos años posicionada como una de las formas preferidas por cada vez más empresas, a la hora de constituir una nueva organización.

 

Sociedad Colectiva

La principal característica de las sociedades colectivas es que estas deben de contener en su nombre el nombre de todos los socios de la empresa o, como poco, añadir un “y compañía”.

Al menos deben de ser dos los miembros que la formen y sus dueños pueden dedicarse tanto a la dirección de la empresa como a trabajar en ella de manera directa.

 

Cooperativa

Es, sin duda, uno de los modelos que más han crecido en los últimos años. Especialmente con la aparición de la crisis, fue a través de las sociedades cooperativas la manera en que muchos trabajadores lograron mantener su empleo, gracias a la posibilidad de hacerse con el control de la empresa junto con sus compañeros.

Las cooperativas tienen como punto a favor la democratización de la gestión, así como que no se necesite una inversión mínima ni máxima.

Todos los participantes tienen el mismo nivel en lo que a la toma de decisiones se refiere.

 

Es importante escoger el tipo de sociedad que mejor se adapte a nuestra sociedad, pues esta puede tener importantes consecuencias en la gestión de nuestra actividad económica.

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