con los compromisos inmobiliarios y gastos permanentes que esto conlleva. Ahora es posible regular a voluntad el uso de un despacho de categoría sin que ello suponga un lastre definitivo.
Ni tampoco una merma en la calidad de los servicios que proporciona una oficina, sino más bien al contrario.
Hay que pensar que en ocasiones los despachos, bien por razones de espacio o de equipamiento que no se han tenido en cuenta, presentan carencias que se traducen en dificultades para desarrollar al 100% con eficacia la actividad laboral.
Sin embargo, gracias al alquiler de despachos sin los clásicos contratos inmobiliarios que comprometen tanto a los inquilinos con actividad empresarial, no existen limitaciones para desarrollar con eficacia cualquier tarea laboral.
Estos despachos, salas, aulas y oficinas con todas las comodidades y servicios que el cliente pueda necesitar, están disponibles en sus dos versiones útiles: despachos físicos y online. Y lo mejor, sin ninguna inversión inicial.
En ninguna de las dos versiones consta esta premisa realmente incómoda y que por fin se ha visto desterrada de este servicio tan fundamental para muchos empresarios y emprendedores. Ahora el servicio está disponible por horas, días, semanas o meses, pero es el cliente quien decide cuánto tiempo necesita y paga sólo por eso.
Domiciliar la empresa ahora es sencillo por un coste muy bajo al mes, lo cual permite disponer, según la modalidad elegida, de condiciones básicas o más amplias según necesidades.
Con la flexibilidad de contratación, que es la mejor utilidad actual, un despacho puede estar equipado desde el uso de 2 personas, hasta 20 si es necesario. Elegir sala en función de lo que se necesita, es una ventaja adicional y el precio va en función del tamaño en cada ocasión.
Si es una oficina física, básicamente la decoración será discreta y funcional, con material audiovisual para presentaciones, cursos o entrevistas de trabajo. Material básico de oficina, acceso a internet y atención personalizada de las visitas.
Adicionalmente y aparte, podrá disfrutar de secretarias y servicio de catering cuando lo necesite el cliente.
Tratándose de un despacho virtual, el cliente podrá disponer de la domiciliación igualmente, la atención a las visitas al centro de negocios presencial, buzón privado de mensajes y asistencia al mismo para recoger correspondencia. Adicionalmente podrá acceder a esto, y además algunas visitas al centro para el uso físico de despachos si mantiene reuniones o encuentros profesionales presenciales.
Las dos opciones liberan a los clientes de despachos y oficinas virtuales, sin que por ello se vean mermadas sus funciones ni la calidad de las mismas. Más bien ganan confianza y autonomía optimizando su tiempo y sus recursos.