En Occidente existe una evidente tradición del trabajador empleado que acaba siendo también empleado a la hora de jubilarse. Sin embargo, desde hace más de una década, la evolución se encamina cada vez más hacia el emprendedor que consigue su libertad financiera y logra abastecerse en todos los sentidos. Profesionalmente y personalmente, ambas facetas inherentes al hombre social de hoy (echa un vistazo a este artículo).
Realizar el cambio requiere tener un propósito firme de lograrlo y planes prácticos para llevar a cabo, pero sin el deseo ardiente y la convicción absoluta, el cambio puede hacerse lento e incluso inalcanzable. De manera que para no trabajar como empleado de otros, tanto si es el primer paso laboral para personas que comienzan, o si el empleado decide dar el salto, el punto de partida está en la convicción y la creencia firme de que así es. Y así será.
Elaborar los planes suele ir bastante unido al propósito o la meta que se desea alcanzar, así que es buena idea exponerlos por escrito con todo lujo de detalles a ser posible, ya que lo que puede imaginarse y visualizarse, tiende a tomar su forma física tarde o temprano. El truco para acelerar este proceso consiste en mantener el propósito en la mente casi como una obsesión, y además cargar esta idea con toda la emoción posible que el individuo puede mostrar cuando se ve en posesión de su objetivo. En definitiva, elevar los pensamientos sobre la realización de ese deseo, a realidad.
Ser positivo y asertivo facilita el camino. Hasta el punto de que cualquier pensamiento negativo que aleje al individuo de su meta, no debería ser contemplado, ya que poner la mente en los obstáculos, entorpece el proceso. Todo ello lleva a considerar que la perseverancia y el tesón hacen que cuando surjan los inconvenientes, la fe que uno ha adquirido y el compromiso que lo acompaña, no decaigan. Y si las cosas no salen a la primera, hay que volverlo a intentar. La máxima es no rendirse, ya que detrás de cada hipotético fracaso, hay una oportunidad de aprender de los errores y ser más competente.
Muchas personas tienen dificultades para expresar, e incluso presentarse a sí mismos, cuál es su sueño, su meta o su propósito. Pero definitivamente aquí está la clave de todo el proceso desencadenante de lograr el éxito laboral, tanto para emprendedores como para empleados. Aunque en cada caso se apliquen variables en función del entorno que afecta, como es el caso de trabajar para una empresa.