Diferentes formas de trabajar (parte II): Europa vs. Asia

Dejando atrás los tópicos, está claro que los asiáticos y los europeos tienen diferentes formas de concebir el trabajo y por consiguiente de trabajar. En este caso vamos a hablar de la cultura china y japonesa ya que son los que dominan todo el mercado asiático.

 

Idea de trabajo

En China no existe el dicho de “ganarse el pan con el sudor de nuestra frente”, ya que para ellos el trabajo otorga dignidad a las personas.

 

Gran competencia para un puesto digno

China es un país con unos 1.400 millones de habitantes y por ello tiene que ser competitivo a la fuerza, ya que no hay altos puestos para todo el mundo. Están acostumbrados a destacar desde muy pequeños ya que en la escuela invierten todo su día en estudios.

Toda esta forma de pensar desde pequeños se traduce a la hora de trabajar; son muy puntuales, responsables e invierten todo el tiempo del mundo para terminar un trabajo. Es decir, si no han acabado una tarea aunque su jornada de trabajo haya terminado, se quedan en la oficina hasta completarla, algo que en Europa sucede en pocos sitios (exceptuamos a los autónomos).

 

Trabajar duro

Los trabajadores de las aldeas alejadas de las grandes capitales y en su gran parte las mujeres viven prácticamente en la miseria, resignados a largas jornadas de trabajo en macro fábricas por céntimos al día.

Por ello veremos grandes diferencias económicas entre aldeas y ciudades. Además, como pasaba en EEUU es el propio individuo el  que tiene que salir por sí mismo de la pobreza, el  Estado no se hace cargo de políticas de igualdad.

 

Largas jornadas de trabajo

Podemos comprobarlo in situ con los pequeños comerciantes chinos  establecidos en España. La prioridad para ellos  es ahorrar para disfrutar la vida en el futuro, por ello las  largas  jornadas y horarios que se prolongan mucho más de lo habitual son normales.

“Si tienes la tienda abierta no sabes cuántos clientes habrá, pero si la tienes cerrada no habrá ninguno”. Esta frase define perfectamente su pensamiento acerca de las jornadas de trabajo.

 

Mentalidad económica

Podríamos comparar a europeos y a asiáticos con el cuento infantil del grillo y la hormiga: mientras el grillo disfruta del verano, la hormiga trabaja a destajo para tener suministros en invierno.

Así, si le toca la lotería a un europeo este se gastará todo el dinero en comprar una casa mientras que los asiáticos lo invertirán en dos o tres empresas para continuar ganando más.

Ellos ahorran todo el dinero y sacrifican mucho tiempo para conseguir llegar a los puestos más alto de la pirámide de la comunidad.

 

Forma de negociar

Todas las decisiones de los negocios se toman con cautela, deben ser estudiadas, analizadas y sopesadas con detalle, debido a que la competición causa un alto grado de desconfianza.

Su sociedad se basa en la filosofía confucionista (armonía en las relaciones, respeto, deber y lealtad), por esta razón las negociaciones se hacen más lentas y muy estipuladas (evitando el contacto personal de las partes involucradas).

 

Contacto personal

Mientras en las oficinas europeas los compañeros charlan animadamente, salen a comer juntos o incluso quedan en sus ratos libres, en Asia existe una despersonalización en el ámbito laboral.

Si trabajan, llegan, saludan, se sientan, interactúan lo justo y necesario si el trabajo lo requiere y se van; no existe un ambiente de “colegueo” entre compañeros.

 

Descanso obligatorio

Algo que suele llamar mucho la atención es que en China, especialmente el momento después de comer, lo dedican obligatoriamente a las siestas. Cada empleado trae hasta una almohada para recostarse en la oficina y descansar, e incluso pueden practicar Yoga o ejercicios de estiramientos en sus descansos.

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